Según dicen algunos estudios somos el promedio de las 5 personas con las que más tiempo pasamos.
Interesante, ¿verdad?.
La realidad es que somos seres sociales y necesitamos estar en comunidad y relacionarnos con otras personas, pero ¿te has parado a pensar alguna vez con quién estás pasando la mayor parte de tu tiempo?.
Si todavía no has hecho este ejercicio te invito a que lo hagas.
Te animo a que cojas lápiz y papel y anotes los nombres de esas cinco personas con las que más horas pasas.
No te preocupes, estoy segura de que serán personas maravillosas que aportan muchísimas cosas a tu vida, así que no voy a entrar en juzgar si son buenas o malas ni pretendo que tú lo hagas, pero déjame que te haga un par de preguntas más.
La primera, ¿crees que comparten tus mismos sueños, ideales e inquietudes?.
Y la segunda, ¿crees que te alejan o te acercan a ellos?.
Existen dos tipos de personas, aquellas que nos impulsan y aquellas que nos limitan.
Las primeras son personas que nos potencian y sacan de nosotros lo mejor, aquello que nos ayuda a progresar y desarrollarnos como seres humanos. Son aquellas personas que te mantienen en continuo movimiento y con las cuales cada paso que das es siempre hacia adelante.
En cambio, las segundas, aquellas que nos limitan, son aquellas personas que no nos permiten evolucionar y crecer, son aquellas que nos mantienen estancados y en parálisis continua. Aquellas que se alimentan del miedo, se conforman con el devenir de los acontecimientos y lo aceptan como algo inamovible.
Te estarás preguntando a dónde quiero llegar, ¿verdad?
Pues bien, doy por hecho que eres emprendedor, autónomo o profesional y que, si has llegado hasta aquí es porque tienes un sueño, un proyecto o un objetivo profesional que deseas alcanzar.
Sé de buena tinta lo complicado que puede llegar a ser tirar adelante cualquier proyecto o negocio. Como siempre te digo, requiere de mucho esfuerzo, constancia y grandes dosis de paciencia.
Pero, aunque la actitud supone prácticamente el 100% de tu éxito, muchas veces no es suficiente con tener estas cualidades ni con ser una persona trabajadora, disciplinada y perseverante.
Porque no estamos solos en este mundo.
Somos solo una pieza dentro de un ecosistema y el entorno en el que nos movemos nos afecta y nos influye enormemente.
Necesitamos rodearnos de otras personas de las que nutrirnos de la misma manera que otras personas se nutren de nosotros.
Pero para eso hay que estar en el lugar adecuado.
Es imprescindible que nos movamos en el entorno más propicio, donde se encuentren el tipo de personas que nos potencien y que no tengan miedo a tirar adelante, a arriesgar, a jugársela.
Personas valientes y osadas dispuestas a alcanzar su sueño, que vibren en la misma sintonía, que te contagien toda su energía, su actitud y sus ganas de crecer, y en las que apoyarte en los momentos críticos y de bajón, que ya te digo que los habrá.
¿Pero dónde encontrar a este tipo de personas?
Pues básicamente fuera de tu madriguera, o lo que es lo mismo, más allá de tu zona de confort.
No es un secreto si te digo que escondido y en solitario es muy difícil avanzar. Sí, estarás más cómodo, pero tardarás mucho más en llegar a tu destino.
Es así.
Por eso es necesario que te muevas, que salgas a la palestra y que pierdas el miedo a ser visible.
Es necesario que conectes con otras personas que se encuentren en tu misma situación y con las que puedas recorrer este camino.
Porque la unión hace la fuerza.
Para conseguirlo, mi sugerencia es que participes en grupos, en mastermind, y que acudas a eventos de networking, quedadas informales o formaciones presenciales.
En definitiva, aquellos lugares donde no solo se aprenda sino donde se conecte. Lugares donde no solo fluya el conocimiento sino también la energía positiva y las ganas de superarse y ser mejores.
Pero, como te he dicho en otras ocasiones, para ello debes de estar dispuesto a invertir dedicando tiempo para moverte y relacionarte, dinero para participar cuando así sea necesario y esfuerzo para salir de tu cueva y enfrentarte a tus miedos y a una situación distinta a la habitual.
Porque cuando estás dispuesto a invertir, el Universo te lo devuelve multiplicado
Puedo decirte que yo he invertido, y mucho, para formar parte de estos círculos de crecimiento, y sé lo que es sentir ese chute de energía de estar con personas que vibran en tu misma frecuencia.
Pero no solo eso.
Estar en estos entornos me ha aportado mucho más:
- Me ha ayudado en mi crecimiento personal y profesional, aportándome muchísimo e impulsándome para subir cada vez un escalón más.
- Ha fomentado mi creatividad.
- Me ha permitido superar muchas de mis creencias limitantes.
- Me ha retado a salir de mi zona de confort.
- Han sido lugares donde compartir experiencias, y aprender de los errores y aciertos propios y ajenos.
- Y han sido lugares donde han surgido siempre sinergias y colaboraciones interesantes para desarrollar nuestros negocios.
Como ves, todo cosas positivas.
Por eso hoy quiero animarte a que tú también des el paso y comiences a rodearte de personas con tus mismos objetivos, en las que puedas apoyarte y con las que puedas compartir, colaborar y crecer.
¿Te animas?
Pues ahora es el momento de compartir tu experiencia. ¿Eres de los que se escabulle de estos eventos y reuniones y nunca se atreve a salir del armario, o por el contrario eres de los que toman acción y participan sin miedo? Si eres de los segundos, ¿qué otras cosas te ha aportado el formar parte de estos grupos de crecimiento?
Cuéntamelo en los comentarios y, como siempre, si te ha gustado este post, te ha ayudado a reflexionar y crees que podría ayudar a más personas, te invito a que lo compartas en la redes o se lo envíes a quién tú consideres oportuno.
Mil gracias por estar en mi círculo y ayudarme a crecer.
Mónica