Iniciar tu propio negocio, ya sea en el mundo digital o físico, suele ser por definición un gran reto.

Hay personas que por su naturaleza tienen una genética emprendedora y no dudan ni un segundo a la hora de lanzarse a la piscina.

Otras personas, en cambio, se lo plantean una y otra vez y se preguntan si verdaderamente deberían hacerlo, si les saldrá bien, si les saldrá mal… en fin, que nadan en un mar de dudas constante.

Y en parte es normal ya que hablamos de decisiones realmente importantes.

A veces se oyen cosas por ahí acerca de emprender o de iniciar tu propio negocio que, por fortuna, esconden grandes verdades y que pueden suponer un verdadero clic mental para ponerse en acción.

Suele tratarse de información basada en la experiencia de otras muchas personas que ya han emprendido sus negocios, de ahí que suelan tener un enorme valor.

No obstante, algunas grandes verdades pueden estar (en ocasiones) algo incompletas.

Y no por ello ser mentiras.

Es decir, ser algo así como verdades a medias.

Y hoy quiero hablarte sobre una de ellas.

Se trata de mi visión, no de una verdad absoluta, pero así lo veo yo y así lo quiero compartir contigo.

Mira el vídeo ahora y luego me cuentas qué te parece, ok?.

 

 

 

Espero que el vídeo de hoy te haya inspirado y te haya hecho al menos reflexionar acerca de cómo a veces nos enfrentamos a algunas situaciones importantes de nuestra vida como puede ser iniciar nuestro propio negocio.

Si quieres puedes dejar tu comentario más abajo.

Y también, como ya te avancé en el vídeo, puedes escribirme para que te apunte a la lista prioritaria del programa, para que pueda avisarte cuando se habrán las plazas para la próxima edición.

Un abrazo,

Mónica