¿Y con lo que cuesta conseguir un cliente ahora tenemos que decir que no a los que nos lleguen?
Eso es lo que quizás te estés preguntando, y en parte lo entiendo.
Los clientes son necesarios para que podamos desarrollar nuestro negocio y en consecuencia llevar una vida cómoda que cubra nuestras necesidades y, por qué no, nuestros caprichos.
Son la sangre de nuestros negocios y está claro que no deben faltar porque sin clientes no hay negocio.
Pero… ¿todos los clientes son buenos para ti?
Sinceramente te diría que no.
Hay clientes y clientes, mejores y peores.
Hay clientes que te lo ponen fácil y con los que es un gustazo trabajar, con los que todo fluye… y clientes con los que trabajar puede llegar a ser una auténtica tortura. 🙁
Si has tenido algún cliente complicado sabrás de qué te hablo.
Y después de todo a todos nos gusta estar a gusto haciendo lo que hacemos y disfrutar con nuestro trabajo, ¿verdad?
Pues esa es la razón por la cual desde hace ya algún tiempo no acepto trabajar con cualquier cliente.
¿Pero cómo saber cuándo decir NO a un posible cliente?
En el vídeo de hoy comparto cuáles son mis criterios para decir no, en qué me baso para escogerlo.
Porque sí, los profesionales también tenemos derecho a escoger a nuestros clientes. 😉
Si quieres saber de qué te hablo sólo tienes que darle al vídeo y después me cuentas qué te ha parecido en los comentarios.
¿Vamos a ello?
Espero que el vídeo de hoy te haya gustado pero sobre todo que te haya hecho reflexionar acerca de este tema.
¡No hemos venido a esta vida a sufrir!
Ahora déjame tu comentario, me gustaría saber qué opinas acerca de esto.
¿Eliges trabajar con cualquier cliente?
Te mando un fuerte abrazo,
Mónica