Si eres más o menos de mi edad, recordarás aquellos libros juveniles llamados “Elige Tu Propia Aventura”.
Estos libros, conocidos como “libros de juego”, trataban de involucrarte en la toma de decisiones de los personajes, de forma que podías modificar su manera de actuar y el curso de la historia.
La vida es algo parecido.
La vida no es más que tu propio libro, en que tú eliges tu propia aventura. Porque, igual que en aquellos libros de nuestra juventud, en la vida todo es cuestión de decisiones. De hecho, consciente o inconscientemente, nos pasamos el día decidiendo.
Estás donde estás porque a lo largo de los años has ido tomando unas decisiones que te han dirigido hacia donde te encuentras ahora mismo. Has elegido unas cosas y has desechado otras. Y así sucesivamente.
Nadie más es o ha sido responsable de tu situación actual. Nadie más tiene la culpa de que te encuentres donde estás.
Tony Robbins, el gran autor, orador y motivador, dice acertadamente:
“Es en los momentos de las decisiones que nuestro destino es moldeado”.
Y no puedo estar más de acuerdo.
Lo que eres hoy lo decidiste en tus decisiones del pasado, del mismo modo que el futuro depende de las decisiones que tomes hoy.
Así de sencillo.
Hace unos años, en la primera incursión que hice en el Camino de Santiago, conocí a un chico francés cuyo objetivo era ir desde Burdeos a Marruecos en bicicleta, ¡y volver!. Se llamaba Gil.
Él había dejado su trabajo temporalmente (tenía un negocio propio) después de una ruptura sentimental, y se dispuso a embarcarse en esa valiente aventura terapéutica ya que necesitaba pensar y replantear su futuro.
Durante los días que compartimos tuvimos interesantes charlas sobre nuestra vida. De aquellas conversaciones hubo algo que quedó grabado en mi memoria.
En una ocasión, conversando acerca del futuro, Gil me dijo: “It’s your choice” o lo que es lo mismo, “Es tu elección”.
Y tenía razón.
Yo tenía el poder de hacer lo que quisiera con mi vida. Únicamente tenía que elegir entre las múltiples opciones que tenía a mi alcance, y atreverme a tomar ciertas decisiones que modificarían el rumbo de mi vida en adelante.
¿Y sabes qué? Tú también tienes ese poder.
Todos lo tenemos.
Pero el hecho de decidir no es suficiente. Tomar la decisión no va a tener ninguna validez si no pasas a la acción.
Si quieres hacer un cambio importante en tu vida tienes que DECIDIRLO y HACERLO.
Lo que hagas hoy será lo que te llevará a ser lo que quieras ser y quieras hacer mañana.
Así que te sugiero que no te lamentes y que empieces a actuar.
Deja de poner la vista en el pasado y céntrate en construir el futuro que anhelas. Puedes empezar a escribir “la aventura” que te llevará a él y que puede cambiar el curso de tu historia.
Porque las decisiones que tomes hoy marcarán la diferencia de lo que serás mañana.
Si tienes en mente un sueño por cumplir, un proyecto por ejecutar, una idea por desarrollar o un negocio por montar, es el momento de asumir riesgos y empezar a tomar las decisiones que te lleven a él.
Tú decides.
¿Sientes que eres responsable de tu vida o te dejas llevar por la corriente?
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Un abrazo,
Mónica