“Lo mejor es enemigo de lo bueno”.
Ya lo dijo Voltaire, escritor, filósofo e historiador francés, en su cuento “La Bégueuele”: “Le mieux est l’ennemi du bien”.
Sigmund Freud, gran médico neurólogo austríaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX, curiosamente dijo lo mismo.
Algo de razón tendrían cuando dos eminencias de la ciencia y la historia se pusieron de acuerdo en este tema tan importante.
Y es que, si eres una persona perfeccionista, detallista y meticulosa en exceso, la tan ansiada perfección (lo que los grandes maestros citan como “lo mejor”) puede llegar a convertirse en tu mayor enemigo y frustrar todos tus proyectos.
Y tú lo sabes.
- Eres especialista en empezar cosas que nunca lanzas por miedo a que no sean perfectas.
- Te cuesta pasar a la acción por miedo a que te juzguen, así que tienes muchas ideas y proyectos en cartera que nunca han visto (ni verán) la luz.
- Vives con la continua sensación de insatisfacción porque crees que el resultado de lo que haces no es lo suficientemente bueno, lo que te provoca cierto estado de ansiedad.
- Tienes miedo a equivocarte y cometer errores, y a que los demás dejen de verte como “el imbatible don perfecto”.
- Crees que no sabes lo suficiente, que no eres lo suficientemente bueno o que hay personas mejores que tú.
- Te distraes buscando la perfección por miedo a enfrentar el momento crucial y tomar acción.
- Dedicas tiempo excesivo cada vez que te propones hacer algo fijándote en el más mínimo detalle, lo que hace que tu nivel de productividad esté muy por debajo de lo que te gustaría.
Si te ves reflejada en alguna de las sentencias anteriores es posible que sufras de un mal muy común entre los mortales:
¡Eres una perfeccionista compulsiva!
Créeme que no te lo digo para ofenderte, sino para ayudarte.
Las barreras que te limitan son más grandes en tu mente de lo que son en realidad.
Todo aquello que te autoimpones y que te impide tirar adelante tus proyectos son construcciones de tu propia mente.
Eres tú quien se está saboteando y limitando día tras día.
La perfección te está matando a ti y a tu enorme potencial.
Necesitas liberarte.
14 maneras de Liberarte del Perfeccionismo y Alcanzar la Excelencia en Tu Día a Día
1. Fija un tiempo razonable para cada una de tus tareas.
En algún momento tienes que decir basta y continuar con otro tema.
2. No pierdas tu tiempo pensando en las cosas que todavía no puedes hacer.
Cuando llegue el momento de hacerlas ya las enfrentarás.
3. No te obsesiones por los detalles.
Esto hará que trabajes más lento y seas menos eficiente.
4. No quieras controlarlo todo.
Ser un auténtico controller te estresa y no te aporta. Es imposible controlarlo todo, siempre hay imprevistos que pueden variar tu hoja de ruta.
5. Divide cada objetivo en pequeñas acciones.
Haz cada pequeña cosa lo mejor que puedas. No te comas el elefante de un golpe, hazlo trocitos y cómetelo poco a poco.
6. Da vacaciones a Tu Ego.
Eres humano y tienes derecho a cometer errores. Todos cometemos errores. Eres mucho más crítico tú con lo que haces de lo que perciben el resto de personas.
7. Sé Positivo.
Busca el lado bueno de cada error y aprende de ello.
8. Ríete de los errores.
Riéndote de tus propios errores vas a quitar hierro al asunto y a relativizarlos. Nada es tan importante como para perder la alegría.
9. No te compares con otras personas.
Haz las cosas lo mejor que sepas y puedas independientemente de los demás. Eres único e inigualable. Compararte es torturarte.
10. Analiza tus éxitos del pasado.
Recuerda algo que te salió bien y analiza si realmente fue perfecto según tu opinión. Verás que seguramente no fue así. No obstante, funcionó y tuviste éxito. Aplícate el cuento una y otra vez.
11. Sé flexible.
Las cosas no tienen por qué salir perfectas según tu plan. Amóldate a las circunstancias, disfruta de la incertidumbre del trayecto y deja fluir los acontecimientos.
12. Modela a los que admiras.
Lucha por ser excelente cada día, no por ser perfecto. Detecta lo mejor de aquellas personas a las que admiras y aplícalo en ti.
13. No te estreses, todo pasa.
Por muy grave que sea una situación, tarde o temprano pasará la tormenta y llegará la calma.
14. Todo tiene solución.
Existe una solución para cada problema. Búscala si la necesitas, no antes.
Si la búsqueda de la perfección ha sido en tu caso el mayor freno que te ha paralizado y te ha impedido cumplir tu sueño, emprender tu propio negocio y vivir de tu trabajo, es hora de pasar página.
No necesitas ser perfecto para tomar la decisión y ponerte manos a la obra hoy mismo. Si lo deseas, yo puedo ayudarte.
¿Te consideras una víctima de tu perfeccionismo?
Déjame tu comentario en la zona de comentarios y si te ha gustado el artículo compártelo con tus amigos y conocidos en las redes sociales.
Con este sencillo gesto puedes ayudar a muchas personas.
¡Tienes los botones para compartir más abajo!
Un abrazo,
Mónica
Fotografía: Xpectro / Foter / CC BY-NC-SA